martes, 12 de mayo de 2020

Danzas. Ori Tahiti.


Bailarinas: Sammy Montes y Rehina Nah'i. 


El Ori Tahiti, y las danzas polinesias en general, forman parte de un completo y sofisticado sistema de Artes Escénicas, que comprende la danza, la interpretación por gestos, la música y percusión, el canto, la oratoria, la interpretación dramática, el diseño de vestuario… y tiene como fin la transmisión de historias y de la cultura. No obstante también la Danza Tahitiana puede ser para el puro entretenimiento, en bailes de tipo festivo y en espectáculos.


El trabajo físico de Ori Tahiti se centra en la musculatura interna del abdomen, los músculos que rodean la columna vertebral, la pelvis, y enlazan con las caderas y las piernas. Si bien las piernas y caderas nos sirven para seguir el ritmo de la música y marcar el tiempo, las manos, brazos y rostro nos sirven para expresar en lenguaje gestual el significado de las canciones, ya sean líricas, de percusión, o de cualquier otro estilo. La Danza Tahitiana es un excelente ejercicio cardiovascular.
Como ejercicio para la mujer, Ori Tahiti nos ayuda a conocer nuestro cuerpo y a liberarlo. Favorece la movilidad de toda la región pélvica y abdominal. Tonifica todo el cuerpo en general. Mejora el estado de ánimo y la autoestima. Aumenta la emoción de alegría.

La Danza Tahitiana que llega hasta nosotros hoy en día forma parte de un gran esfuerzo llevado a cabo por los y las artistas de Tahiti para recuperar y preservar su legado.
Con la llegada de los misioneros a las islas en la época colonial, las manifestaciones culturales tales como las danzas, la espiritualidad y hasta la propia lengua fueron tristemente prohibidos para favorecer la imposición europea. La historia tahitiana contiene episodios de resistencia y lucha por la preservación de la propia cultura. Y también de muerte y rendición.




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